Es una intervención mixta que combina una endoscopia y una imagen radiográfica que permite examinar el árbol biliar (conductos de la vesícula, biliares y pancreáticos) obteniendo a través de una radiografía, imágenes de la anatomía de los conductos.

¿Cómo se realiza?
 
Durante el procedimiento el especialista introduce un endoscopio a través de la boca hasta llegar al duodeno. A través de la papila duodenal mayor (abertura de los conductos procedentes del hígado y el páncreas) introduce un pequeño catéter en estos conductos con el fin de inyectar material de contraste que permita visualizar, por medio de pruebas radiológicas, los conductos pancreáticos o biliares.
 
Para la intervención es necesario que tenga el estómago vacío por lo que será necesario que acuda a la prueba con un ayuno previo de al menos 6 horas.
 
Antes de la prueba es muy importante que le comunique a su especialista y al personal sanitario que le realizará la prueba si está tomando alguna otra medicación o tiene algún tipo de alergia.