Es una enfermedad digestiva que daña el intestino delgado. Los pacientes con enfermedad celíaca no toleran el glúten, una proteína que se encuentra en los cereales (trigo, centeno, cebada y avena). Tras la ingesta de gluten el sistema inmune reacciona produciendo daño en la mucosa del intestino delgado y malabsorción de nutrientes y vitaminas.
 
Causa
 
La causa es desconocida. Existe una base autoinmune y un componente genético, por lo que probablemente agentes ambientales de tipo infeccioso desencadenen una respuesta inmune en el intestino en personas con susceptibilidad genética.

Tratamiento

 
• Eliminar el glúten de la dieta. Existen muchos alimentos que contienen glúten, además esta proteína se encuentra en muchos aditivos de productos preparados.

 

• Utilizar utensilios de cocina diferentes al resto de la familia para evitar contaminar los alimentos con trazas de glúten.

 

• Suplementar los déficit vitamínicos y nutricionales.

Es un trastorno digestivo muy frecuente que consiste en la imposibilidad de digerir un azúcar presente en los productos lácteos llamado lactosa. Esto se debe a la escasez de una enzima necesaria para ello que se produce en el intestino delgado (lactasa).
 
Causa
 
En pocas ocasiones ocurre que los bebés nacen sin lactasa, en estas situaciones existe un componente genético asociado.
 
Lo más frecuente es que las personas con intolerancia a la lactosa comiencen la vida produciendo enzima en cantidades suficientes y en la edad adulta disminuya la producción de lactasa lo que hace que los productos lácteos sean difíciles de digerir.
 
En ocasiones la intolerancia es secundaria a un daño en intestino delgado por antibióticos, infección, cirugía, enfermedad celiaca, enfermedad de Crohn. Una vez tratada la enfermedad de base mejora o incluso se soluciona la intolerancia.