Las bacterias habituales proceden del intestino (enterobacterias). Escherichia Coli es la bacteria protagonista de la mayor parte de infecciones. Aun así, siempre es recomendable realizar un cultivo de orina previo al tratamiento para utilizar un antibiótico dirigido a la bacteria responsable y evitar complicaciones o resistencias antibióticas.

• Sexo femenino: la uretra de las mujeres es más corta, por lo que la distancia que recorren las bacterias hasta la vejiga es menor.
• Menopausia: la disminución de estrógenos produce cambios en las vías urinarias que las hace más vulnerables a la infección.
• Obstrucciones de Vías Urinarias: la presencia de cálculos renales o una próstata aumentada de tamaño aumenta el riesgo al provocar que la orina quede retenida en la vejiga.
• Condiciones que afectan al sistema inmune como la Diabetes o el embarazo.
• El uso de sonda urinaria.

El diagnóstico lo realizamos con los síntomas descritos y una prueba de orina.
 
En urgencias habitualmente realizamos una tira reactiva de orina (Combur-Test) que nos da un resultado inmediato.
 
Los valores más útiles que nos aporta esta prueba son presencia de leucocitos (células inflamatorias), hematíes (sangre) y nitritos. Los dos primeros son valores muy inespecíficos que pueden ser positivos en otras patologías. Sin embargo, un resultado positivo para nitritos es altamente específico en el diagnóstico de infección de orina, ya que indica que se identificaron bacterias capaces de convertir nitratos presentes normalmente en orina en nitritos.
 
Un resultado de nitritos negativo no descarta infección de orina ya que hay bacterias que no tienen la capacidad de convertir nitratos en nitritos.
 
En todos los casos se recomienda realizar un cultivo de orina y antibiograma que nos permitirá identificar la bacteria causante de infección y los antibióticos sensibles a ella.

El tratamiento se realiza con el antibiótico indicado según el antibiograma.
 
Medidas preventivas útiles son la hidratación oral abundante, la ingesta de arándano rojo que dificulta la adherencia de las bacterias al tracto genitourinario y orinar después de mantener relaciones sexuales.

La importancia de un diagnóstico temprano y de instaurar el antibiótico correcto radica en que una demora en el inicio del tratamiento puede desencadenar una infección del riñón (pielonefritis) pudiendo ocasionar un daño renal permanente o una infección generalizada (sepsis) que comprometa la vida del paciente.