La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad neurológica autoinmune en la que el propio sistema inmunitario de la persona daña la mielina del sistema nervioso central. La mielina es una sustancia que envuelve y protege los axones de ciertas células nerviosas y cuya función principal es la de aumentar la velocidad de transmisión del impulso nervioso.
La esclerosis múltiple afecta muy especialmente a pacientes jóvenes a partir de los 20 años y se caracteriza por padecer fenómenos de neuroinflamación al inicio y posteriormente de neurodegeneración, siendo la principal causa de discapacidad en jóvenes después de los accidentes de tráfico.
Se desconoce la causa de esta enfermedad degenerativa pero es probable que su origen esté en la combinación de factores genéticos y ambientales.
Los trastornos neurológicos manifestados con la Esclerosis Múltiple son muy diversos, de ahí que se la conozca como “la enfermedad de las mil caras”. Los síntomas varían mucho de un paciente a otro en función de la zona afectada. Los más frecuentes:
Las pruebas más comunes para confirmar o descartar el diagnóstico de la enfermedad, son las siguientes:
De momento no disponemos de ningún fármaco que cure la enfermedad ni que repare las lesiones ya existentes, pero los fármacos modificadores de la enfermedad mejoran sustancialmente la calidad de vida del paciente ya que previenen la aparición de nuevos brotes así como nuevas lesiones en la resonancia craneal y retrasan la evolución a discapacidad. De ahí la importancia de un diagnóstico precoz para poder iniciar el tratamiento lo antes posible.
Actualmente existen numerosos tratamientos. Es de los campos en la neurología donde mejores y más avanzadas terapias se han desarrollado en los últimos 15 años.
Los tratamientos farmacológicos se pueden englobar en los siguientes bloques:
El tratamiento de los brotes consiste fundamentalmente en el uso de corticoides orales o intravenosos en dosis altas buscando un efecto antiinflamatorio para disminuir los fenónemos de neuroinflamación y controlar los síntomas del paciente durante el brote agudo.
Dentro de los tratamientos modificadores de la enfermedad, existen hoy en día más de quince medicamentos aprobados. Entre estos, se encuentran inmunomoduladores como los interferones beta-1a y beta-1b, el acetato de glatirámero, los anticuerpos monoclonales natalizumab, ocrelizumab y alemtuzumab, inmunosupresores como la cladribina, mitoxantrona y la azatioprina y agentes orales con efecto inmunomodulador como fingolimod, teriflunomida, dimetilfumarato, laquinimod, fampridina, siponimod y ozanimod.
Se ha mejorado mucha la tolerancia y forma de administración de los fármacos, de manera que el tratamiento se elige de forma individualizada en función de las características del paciente, hábitos, preferencias y su forma de Esclerosis Múltiple, habiendo un gran arsenal de fármacos disponibles.
Estos fármacos representan un futuro prometedor en el tratamiento de la esclerosis múltiple.
Asimismo, los últimos avances en investigación podrían suponer un cambio en el abordaje de la enfermedad orientado a medidas de prevención como por ejemplo sería una vacuna para el Virus de Epstein-Barr en la que ya se está trabajando.
Dr. Ciano Petersen, Nicolás Lundahl
Especialista en Neurología de HC Marbella
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