La vitamina D ha generado mucho interés en los últimos años, no solo por su papel en el metabolismo del calcio y por consiguiente en la salud de nuestros huesos sino por sus posibles beneficios en la salud a otros niveles como podría ser el sistema inmune.
Realmente más que una vitamina se trata de una hormona que tiene acción en distintos órganos del cuerpo.
En el ser humano el aporte fundamental proviene de la transformación en la piel del dehidrocolesterol en colecalciferol por acción de los rayos solares ultravioleta. En menor medida, la vitamina D también puede obtenerse a partir de los alimentos tanto de origen animal (salmón, atún, caballa, lácteos) como vegetal (aguacate, champiñones, naranjas).
El único beneficio actualmente demostrado es su influencia en la salud de nuestros huesos puesto que al regular la absorción del calcio, protege la integridad del hueso y modula su crecimiento.
Aunque parece que la vitamina D podría tener influencia en enfermedades cardiovasculares, el cáncer, el sistema inmune, el COVID y otras enfermedades respiratorias hacen falta más estudios que demuestren una relación de causalidad para poder hacer recomendaciones a la población general en cuanto a estos aspectos.
No existe evidencia de que suplementar de forma generalizada a la población mejore la salud de las personas.
Los grupos de pacientes en los que es recomendable medir sus niveles en sangre y suplementar en caso de ser necesario son: pacientes ancianos institucionalizados, osteoporosis, pacientes con obesidad, piel pigmentada, personas con problemas de malabsorción (enfermedad celíaca, cirugía bariátrica) y pacientes en tratamiento con medicamentos que aceleran el metabolismo de la Vitamina D como algunos antiepilépticos.
En niños menores de un año también está indicado suplementar a diario con Vitamina D (400 ui diarias) no siendo necesario medir niveles en sangre.
Dosis mayores a las recomendadas pueden dar lugar a una sobredosificación que produce síntomas como estreñimiento, naúseas, pérdida de apetito, depresión, malestar general. En casos más graves de intoxicación, el efecto secundario más frecuente es la hipercalcemia o aumento de los niveles de calcio en sangre que puede debilitar los huesos ocasionando fracturas y dañar órganos como el riñón.
- Los suplementos de esta vitamina no presentan beneficios importantes para la salud de los adultos en general, excepto en aquellas personas con un alto riesgo de déficit.
- No se ha demostrado de momento que la suplementación con Vitamina D prevenga el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, el COVID u otras enfermedades respiratorias.
- No tenemos evidencia científica de su beneficio sobre la longevidad
- No tomes suplementos de vitamina D sin supervisión médica. Acude a tu médico para saber si perteneces al grupo de personas que pueden beneficiarse de la toma de suplementos.
- Realiza una exposición solar segura evitando las horas centrales del día (12:00-16:00)
- Sigue una dieta saludable rica en Vitamina D (pescados como el salmón, vegetales como el aguacate son fuentes saludables de esta vitamina).
Dra. Cristina Garrido
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
junio 7, 2024
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