El hecho de sudar en verano es una reacción normal debido a las altas temperaturas, y aún más si nos encontramos ante un clima de humedad elevada.
Pero cuando la sudoración llega a ser excesiva ante estímulos habituales hablamos de hiperhidrosis, y esto puede llegar a provocar perjuicios en la calidad de vida de la persona que lo sufre. Actualmente un 3% de la población sufre este problema.
El calor no es el único motivo que puede favorecer el exceso de sudoración. Así, el estrés es otro factor que sin depender de la temperatura del ambiente en el que nos encontramos puede provocar en muchas personas un exceso de sudoración.
Llevando a cabo una infiltración localizada de neuromodulador -(neurotoxina derivada de la bacteria Chlostridium botulinum)- en las áreas de la piel donde se produce el exceso de sudoración originará una inhibición de la respuesta de las glándulas sudoríparas a la acetil-colina, sustancia que actúa como neurotransmisor (mensajero de los impulsos que llevan a la glándula a la producción del sudor).
El neuromodulador se usa para el tratamiento de la hiperhidrosis desde 1994 y está aprobado por la FDA para el tratamiento de la hiperhidrosis (esta sudoración excesiva), y concretamente en las axilas y en personas mayores de 18 años. Esta técnica también se ha utilizado con éxito en otras localizaciones como palmas de las manos, las plantas de los pies, cara, ingles… y también se ha aplicado en menores de edad (incluso en niños de 6 años) con buenos resultados desde 2005.
Las axilas es la zona más frecuente donde se trata la hiperhidrosis con neuromodulador provocando un descenso notable desde el 2º día al 7º de haber realizado la infiltración. Este tratamiento tiene una duración media de 7 meses y se realiza incluso sin anestésico alguno, aunque puede utilizarse alguna crema anestésica si se necesita.
Hay un porcentaje muy bajo en el desarrollo de autoanticuerpos (“defensas que nuestro propio cuerpo produce”) contra la neuromodulador, pero habitualmente ésta no se relaciona con pérdida de eficacia del tratamiento, y a diferencia de lo que ocurre con algunos tratamientos, no se ha descrito la producción de sudoración compensatoria (aumento del sudor en otras zonas no tratadas) tras la infiltración de neuromodulador. Igualmente las molestias más allá de aquellas (bien toleradas) que se producen con la propia infiltración u otras complicaciones son excepcionales.
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Dr. Javier del Boz
Especialista en Dermatología
abril 5, 2021
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