Después de abordar en nuestro anterior artículo la importancia de la protección frente al sol, sobre todo en la infancia y la adolescencia; hoy conocemos los diferentes fototipos cutáneos.
Se conoce como fototipo a la capacidad de la piel para responder a las radiaciones UV. Existen seis tipos de fototipos de piel, desde el I al VI:
El tiempo de exposición necesario para la aparición de quemaduras varía con cada uno de ellos. El tipo I unos 10 minutos. El tipo II entre 15-20 minutos. El tipo III 30 minutos. El tipo IV entre 30-45 minutos. Los tipo V y VI alrededor de 60 minutos.
Actualmente existen multitud de productos que nos protegen del sol y, dependiendo de las sustancias que contengan, consiguen evitar que los rayos UV lleguen a la piel. Existen varios tipos:
-Con filtros físicos o inorgánicos. Actúan a modo de pantalla. Reflejan la radiación y la dispersan, con muy poca absorción. Dejan aspecto blanquecino.
-Con filtros químicos u orgánicos. Los más utilizados. Actúan absorbiendo la radiaciones UV, transformando los UV de alta energía en UV de baja energía, inocuos para la piel.
-Con filtros mixtos. Tienen unas partículas que reflejan y dispersan las radiaciones UV y otras que las absorben.
El factor de protección (FPS) es el tiempo que la piel tardaría en quemarse estando protegida. P.ej.: Si un individuo se expone al sol sin quemadura durante 10 minutos, al aplicarse de forma correcta un producto con FPS 15 podría mantenerse sin quemadura, 10 min x 15 FPS = 150 minutos.
Los protectores solares recogen la composición cualitativa de los filtros, y en su etiqueta deben consignar “amplio espectro” (filtra UVA como UVB) y tener claro el FPS. Los productos con FPS 30 absorben más del 92% de la UVB y las FPS 50 absorben hasta el 97%. Los de FPS +50 pueden proteger más tiempo, pero la diferencia de protección es similar.
Existen en cremas, spray, emulsión, espuma, gel,….y se aplican en toda la piel expuesta; sin olvidar orejas, cuello, labios y dorso de los pies. De forma abundante (2 mg/cm2) pero del punto de vista práctico que cubra de manera uniforme toda la superficie expuesta. Repetir la aplicación cada dos horas, después de meterse en agua, practicar ejercicio o sudoración excesiva.
La ropa es muy importante, el grado de protección varía con el color, tejido y elasticidad. Existen prendas de alto nivel de protección y registrado el % en las etiquetas, la mayor protección las ofrecen las fibras sintéticas, oscuras y elásticas (poliester, lycra, naylon,…)
Gorra o sombrero, camisetas de algodón, preferible de manga larga, pantalones y gafas de sol.
Dr. Francisco Canca Doblas
Especialista en Pediatría
septiembre 19, 2017
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