Estamos más que acostumbrados a decir que los móviles y las nuevas tecnologías en general nos facilitan la vida, pero… ¿y si nos excedemos?
Pasar demasiado tiempo con el móvil puede traer consecuencias negativas tanto a nivel físico, por la postura corporal que adoptamos al utilizar estos dispositivos y a nivel mental por el aumento de la excitabilidad en el sistema nervioso que provoca el uso continuado del mismo. Si no quieres limitar el uso de tu móvil, debes asumir que puedes padecer lesiones por ello como:
Que se nos vaya de las manos las horas que pasamos con el teléfono tiene sus consecuencias. Una de ellas es sentir dolor y rigidez tanto en los dedos como en las manos; es probable que incluso sintamos cierto hormigueo y es que, la musculatura de nuestra mano se resiente ante tantos minutos-horas de estar pulsando las teclas del teléfono. Las tendinitis son habituales, según explican la fisioterapeuta de HC Marbella.
Sensación de sobrecarga y tensión en la zona de los hombros y el cuello. Su origen no es otro que la sobrecarga de la musculatura de la zona por la postura forzada de pasar excesivo tiempo con el smartphone o la tableta entre manos. Los trapecios y la escápula sufren de esta sobrecarga provocándonos dolor. El tronco y la columna vertebral también pueden desarrollar cierta debilidad (a causa de la falta de actividad física) y pérdida de la musculatura que estabiliza este sistema, pudiendo provocar pérdida de control motor.
Relacionado con el efecto que provoca estar continuamente pendientes de nuestras notificaciones, correos o revisiones de redes sociales, se produce un incremento de la irritabilidad de nuestro sistema nervioso generándonos ansiedad, déficit de atención y aumento del estrés.
Las posiciones inadecuadas a causa del abuso de teléfonos móviles, tabletas o portátiles, son cada vez más habituales y otra de las consecuencias de estas posturas forzadas es dolor de cabeza (cefalea tensional) o incluso sensación de mareo por culpa de la contracción de los suboccipitales, los músculos que facilitan nuestros movimientos de cabeza, -durante un tiempo prolongado- de estar mirando la pantalla de un dispositivo. La postura forzada también puede provocar presión en los oídos y los globos oculares.
En la cama, utilizar nuestro smartphone, solo puede provocarnos una disminución en la calidad del sueño e insomnio, a causa de la luminosidad extra de la pantalla, que activa varios receptores que hacen pensar a nuestro cerebro que aún es de día y que podemos permanecer más tiempo despierto. Si sufrimos de insomnio por el abuso del móvil, también padeceremos de irritabilidad, somnolencia y falta de concentración, por no haber descansado ni bien ni lo suficiente la noche anterior.
Fuentes: Proceedings of the National Academy of Sciences / HC Marbella
enero 2, 2020
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