Cada año 30.000 mujeres en este país se enteran de que tienen cáncer de mama. Dado que menos de una cuarta parte de ellas tienen factores de riesgo genéticos u otros factores conocidos, el diagnóstico a menudo llega como una sorpresa desoladora. El desconcierto emocional provocado puede afectar a la salud física de las mujeres así como a su bienestar psicológico. En este artículo tratamos sobre el impacto psicosocial del cáncer y ofrecemos líneas directrices que facilitan la adaptación a la enfermedad y ayudan a sobrellevarla.
Recibir un diagnóstico de cáncer de mama puede ser uno de los momentos más angustiantes que puedan experimentar las mujeres. Y puede producir cambios psicológicos importantes en la paciente y en su familia: dependiendo del tipo de tumor diagnosticado, de los tratamientos médicos administrados, de sus sistemas de apoyo, del momento evolutivo en el que se diagnostica, del estilo empleado por cada uno para afrontar los problemas que la vida plantea, de la historia de enfermedades que haya padecido… y de un sinfín de factores más. Por tanto, la experiencia con el cáncer difiere en cada paciente y en cada familia.
Una de las reacciones emocionales más frecuentes ante la confirmación del diagnóstico de cáncer de mama es la de la negación. Mientras que algunas mujeres sospechan que pueden padecer una enfermedad grave antes de que se lo confirme el médico, otras se sienten tan bloqueadas una vez confirmado el diagnóstico, que no se lo pueden creer. Buscan segundas opiniones con el propósito de encontrar a un profesional que desconfirme la presencia del cáncer; piden a su médico que repita las pruebas realizadas esperando obtener resultados diferentes; o bien piensan que los resultados recibidos de las pruebas médicas no son suyos, sino de otra persona.
La tristeza caracteriza también a las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama. Llantos frecuentes y una cierta sensación de confusión mental pueden acompañarla. En ocasiones puede tenerse la sensación de no sentir nada, como un estado de anestesia emocional que pasará a medida que transcurra el tiempo.
Si has sido diagnosticada de cáncer de mama, desde el equipo de Oncología de HC Marbella International Hospital queremos darte algunas sugerencias para facilitarte el paso por este periodo:
– Date tiempo para asimilar el diagnóstico. Este tiempo puede variar de una persona a otra y entre los diferentes miembros de la familia.
– Solicita del médico la información necesaria para entender claramente la enfermedad y los tratamientos que te van a administrar. Adopta un papel activo en la toma de decisiones médicas e intenta “formar equipo” con el especialista.
– Rodéate de los seres queridos, lo que te facilitará el enfrentamiento a una realidad que suele ser difícil de asumir.
– Expresa lo que sientes: no sólo podrá aliviarte a ti sino que brindará a las personas de tu entorno una oportunidad para apoyarte.
– Los tratamientos cada vez son menos tóxicos y más eficaces.
– Y recuerda que los índices de supervivencia por cáncer son cada vez mayores.
La angustia generalmente continúa incluso después de haber superado el impacto inicial del diagnóstico. A medida que las mujeres comienzan lo que con frecuencia es un largo proceso de tratamiento, pueden enfrentarse a nuevos problemas. Por ejemplo, pueden hallar confusión en sus relaciones personales o de pareja. Pueden sentirse realmente cansadas todo el tiempo y estar muy preocupadas con respecto a los síntomas, al tratamiento y a la muerte.
Cada vez más, la enfermedad no se trata por cirugía radical, se intenta minimizar la mutilación y enfocar como principal el tratamiento sistémico para curar la enfermedad y evitar recaídas a largo plazo.
Pueden enfrentarse también a un trato que no es el que ellas esperaban por parte de su empresa, e incluso sentirse discriminadas por parte de su compañía de seguros. Factores como estos contribuyen al estrés crónico, la ansiedad y a la depresión.
Estas emociones negativas pueden hacer que las mujeres tomen hábitos que no son buenos para la salud de ninguna persona y en especial preocupantes para aquellas personas que tienen una enfermedad grave. Las mujeres con cáncer de mama pueden comenzar a comer en menor cantidad y a seleccionar alimentos con bajo nivel nutricional. También pueden dejar de hacer ejercicio y pueden incluso tener problemas para dormir bien de noche, así como distanciarse de familiares y amigos. Al mismo tiempo, estas mujeres pueden recurrir, al tabaco, a la cafeína, al alcohol y a otras sustancias en un intento por calmarse.
Estas son algunas de nuestras sugerencias desde la Unidad de Oncología para facilitarte el paso por este periodo:
• Si has sufrido una mastectomía, cada vez menos frecuente que se realice, pero en caso de que sea así y si es posible, pide que te hagan una reconstrucción mamaria a la vez que te extirpan la/s mamas, evitando la experiencia de verte sin tus pechos. La reconstrucción de la mama tras un cáncer es uno de los procedimientos quirúrgicos actuales dentro de la cirugía plástica más seguros y gratificantes para la paciente, además, el desarrollo de nuevas técnicas posibilita a los cirujanos crear una mama muy similar en forma, textura y características a la no operada.
• Los psicólogos y otros profesionales de la salud mental con experiencia en el tratamiento de cáncer de mama pueden resultar de gran ayuda. Su objetivo principal es ayudar a las mujeres a aprender a sobrellevar los cambios físicos, emocionales y de estilo de vida relacionados con el cáncer, así como los tratamientos médicos que pueden resultar dolorosos y traumáticos. Algunas mujeres pueden enfocar el asunto en cómo explicar su enfermedad a los hijos o cómo afrontar la respuesta de su pareja. Otras pueden concentrarse en cómo elegir el hospital o tratamiento médico adecuados. Para otras, el enfoque puede ser cómo controlar el estrés, la ansiedad o la depresión. Los psicólogos pueden ayudar a las mujeres a lidiar con su dolor, miedo y otras emociones.
Para muchas mujeres, esta crisis potencialmente mortal, puede resultar una oportunidad de crecimiento personal que mejora la vida. Las pacientes con cáncer de mama no son las únicas que pueden beneficiarse del tratamiento psicológico. Los psicólogos suelen ayudar a sus esposos, de quienes se espera brinden apoyo emocional y práctico, al mismo tiempo que afrontan sus propios sentimientos. Los niños, padres y amigos involucrados en el apoyo de la paciente también pueden beneficiarse con las intervenciones psicológicas. En HC Marbella contamos con una Unidad de Medicina Complementaria, entre las actividades proporcionadas a nuestros pacientes se encuentra la atención psicológica para el paciente. La comprensión desde un punto de vista externo al ámbito médico es considerado un gran beneficio emocional tanto para el paciente como sus familiares, por ello, contamos con charlas-café en HC con pacientes oncológicos que han superado su enfermedad.
• La flexibilidad y la cohesión familiar, junto con una comunicación abierta y sincera, facilitarán enormemente el proceso de adaptación de la familia a la realidad generada por la enfermedad. Algunas familias describen estar más unidas después de haber pasado por esta dolorosa experiencia, y refieren que el cáncer les ha servido para compartir lo que sienten y lo que piensan, y para apreciar más su vida en común.
Al concluir la administración del tratamiento, muchos consideran que la persona ha de sentirse feliz. Mientras que esto es así para muchas mujeres, otras describen una percepción de amenaza a su vida que puede persistir a lo largo del tiempo. A pesar de tener un buen pronóstico, suele permanecer el temor a que la enfermedad reaparezca o a que el tumor no haya respondido con eficacia al tratamiento. Por otra parte, algunas mujeres describen gran presión del entorno por reincorporarse a sus actividades de un modo inmediato. El cansancio y otros efectos secundarios de la enfermedad y del tratamiento suelen tardar en remitir, siendo necesario un tiempo prolongado para que la enferma consiga una plena recuperación física y psicológica. En definitiva, mientras que algunas mujeres han vivido con el cáncer una experiencia devastadora, otras no dudan en describirlo como algo que les ha ayudado a disfrutar y apreciar más las pequeñas cosas de la vida
Algunas de nuestras sugerencias para facilitarte el paso por este periodo:
• Intenta centrarte en el aquí y ahora.
• Haz ejercicio físico. Está demostrado que correctamente prescrito puede realizarse sin riesgo durante los tratamientos de quimioterapia y radioterapia y después de ellos. Ahora bien, es preciso ajustar su intensidad, duración, frecuencia semanal y tipo de ejercicio al estado general de la paciente. La clave está en que el ejercicio no suponga un riesgo, es decir, cuando el cirujano lo permita en el caso de que haya habido cirugía y/o cuando el oncólogo considere que el estado general de la paciente en relación con la quimioterapia y/o radioterapia es adecuado.
• Reincorpórate a tus actividades rutinarias poco a poco y nunca antes de haberte recuperado física y psicológicamente.
• Y nunca olvides llorar en los momentos de tristeza: la lágrima que más pesa es la que no se llora; pero también recuerda luchar en los momentos de más fortaleza.
octubre 19, 2017
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