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Cómo enfrentar el miedo

Una máxima aceptada es que todo es relativo. De hecho, esa relatividad adquiere rango de verdad con los avances de la física de principios de siglo. En este contexto ¿el miedo es bueno, malo o relativo? El miedo es consustancial con el ser humano, de hecho, es un mecanismo que compartimos con animales superiores. Es la emoción que acompaña a la experiencia del peligro y nos protege. El miedo es protector cuando hay peligro, el problema es cuando aparece sin un peligro real o cuando nos bloquea y paraliza.

 

¿Cómo enfrentar el miedo? En la pandemia actual tener miedo es lo adaptativo y lo que nos debe ayudar a QUEDARNOS EN CASA y tomar las medidas de protección recomendadas. Hay que aceptar esa inquietud e incertidumbre. Pero es importante no bloquearnos, que ese peligro no se convierta en el centro de nuestro espacio mental. Cuando eso ocurre aparecen ya los síntomas de ansiedad (nuestro cerebro ante la vivencia del peligro reacciona con estrés; y cuando este es mantenido aparece el desequilibrio biológico que está en la base de los síntomas).

 

Como debemos enfrentarlo:

El paso primero es la aceptación de que vivimos en una situación peligrosa pero transitoria y que, si tomamos las medidas, ese peligro está más lejos de nosotros.

 

El siguiente es mantener ese foco mental en otro lugar. Las estrategias adecuadas se comentan en todas partes, aunque a veces se explican poco los motivos para darlas.

 

• Horarios más o menos regulares. Es más fácil en situaciones de cambio radical como la presente mantener la actividad si está prevista de antemano. Si te levantas con cierta desgana y tienes que diseñar el día será más difícil que si está programado.

 

• Ejercicio físico. El ejercicio físico compensa todos los desequilibrios biológicos que produce la reacción de estrés. Protege nuestro cerebro, sistema hormonal e inmune, haciendo más difícil la aparición de síntomas de ansiedad.

 

• Medidas orientales de relajación (meditación, yoga, mindfulness) tiene un impacto protector sobre nuestro cerebro. Una persona entrenada es capaz de enfocar ese espacio mental y alejarlo de la situación de peligro. En esencia es concentrarte en algo diferente a lo que temes.

 

• El resto de las medidas se pueden explicar en los mismos términos. Enfocarte en el futuro, en qué vas a hacer cuando esto acabe; usar el humor (whasapp, mas allá de todos los inconvenientes, está ayudando con divertimento); aprovechar el tiempo para hacer cosas olvidadas o que no hacíamos por falta de tiempo; compartir con la familia que nos acompaña o contactar con la que está lejos.

 

 
 

Será infinitamente más difícil enfrentar el miedo para aquellos que sufran la pérdida de los seres queridos. Y es verdad que la impotencia actual para acompañarlos aumenta el sufrimiento. No hay recetas, no hay consuelo, en pandemia o en bonanza la pérdida es terrible. Se inicia el camino del duelo que llevará a la aceptación y a dialogar con nuestro corazón, donde sabemos que está la persona que falta. Mientras eso llega, llorar, llorar y llorar, y recordar.

 
 

Dr. Raúl Fernández-Villamor Ortiz
Especialista en Psiquiatría

 

 

marzo 31, 2020

 

 

 

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