Es difícil hablar de cáncer de mama como una única enfermedad, con un único tratamiento y una única evolución posible.
Cuando hablamos de cáncer de mama estamos hablando de un conjunto de enfermedades que, si bien se caracterizan por tener su origen en la mama, difieren en gran medida según distintas características específicas, según expresen receptores hormonales o no lo hagan, presenten sobreexpresión de un gen denominado HER2 o incluso según la agresividad o facilidad de crecimiento de cada célula. Además, los tratamientos pueden variar según el estadio inicial de la enfermedad y la actitud terapéutica elegida.
La suma de todos estos factores, la aparición de excelentes nuevas terapias y la concienciación de la población que ha conseguido que cada vez sean más frecuentes los diagnósticos precoces frente a los avanzados, han conseguido resultados extraordinariamente buenos y la aparición de un grupo cada vez más numeroso de pacientes con larga supervivencia, lo que nos plantea nuevos retos y nos obliga a minimizar la toxicidad de las intervenciones médicas.
Los avances en medicina y, sobre todo, en Oncología son habituales, a veces se producen con tanta velocidad que los tratamientos quedan obsoletos o pasan a ser convencionales en muy corto espacio de tiempo. En los últimos meses se han incorporado distintas terapias que han cambiado de forma radical el tratamiento y la historia natural de ciertos subtipos de cáncer de mama, mejorando el pronóstico y aumentando notablemente la supervivencia de nuestras pacientes.
Las células tumorales que sobre-expresan un gen específico denominado HER2 + daban lugar clásicamente a una enfermedad con mayor agresividad. Sin embargo, la aparición de un anticuerpo monoclonal (AcMc) denominado trastuzumab (Herceptin) hace más de una década mejoró significativamente la respuesta de los tumores y el pronóstico de estas pacientes.
Desde hace unos meses disponemos de otro AcMc anti-HER2 denominado pertuzumab (Perjeta), asociado a trastuzumab, aumenta en casi un cincuenta por ciento el índice de respuesta al tratamiento y por lo tanto la supervivencia de los pacientes y mejorando además su calidad de vida sin apenas añadir efectos adversos. Este tratamiento, utilizado en pacientes con enfermedad avanzada, también puede ser utilizado previo a la cirugía, consiguiendo excelentes respuestas, lo que conlleva una mayor tasa de cirugías conservadoras disminuyendo el número de mastectomías y aumentando considerablemente el número de curaciones.
Otro subgrupo de cáncer de mama lo conforman aquellas pacientes que presentan tumores hormono-dependientes, es decir, su crecimiento depende en gran medida de la acción de las hormonas femeninas, por lo que bloquear la función de estas hormonas consigue controlar y frenar el avance de la enfermedad sin añadir importante toxicidad.
Habitualmente estas son enfermedades lentamente progresivas, incluso a veces indolentes, que puede permanecer controlada durante largos periodos de tiempo con tratamiento hormonal. Sin embargo, agotadas las hasta ahora limitadas líneas de estos tratamientos hormonales, estábamos obligados a iniciar quimioterapia en ocasiones agresiva y tóxica, añadiendo síntomas a pacientes que previamente no los tenían. Estudios recientes han incorporado la utilización de otro nuevo fármaco denominado palbociclib (Imbrace), molécula pequeña inhibidora de unas enzimas denominadas kinasa dependiente de ciclinas,( CDK4 y CDK6) que asociado a hormonoterapia nos permite seguir tratando a nuestras pacientes con las características anteriores sin utilizar aún la quimioterapia o tratamientos más tóxicos, revirtiendo lo que hasta ahora denominábamos hormono-resistencia.
Finalmente, como ya se ha comentado, la alta tasa de curaciones, cada vez mayor, ha dado lugar a un nuevo grupo de pacientes no enfermas, con larga supervivencia, para las que debemos evitar, en la medida de lo posible, toxicidades a medio y largo plazo que conlleven enfermedades iatrogénicas y/o limitaciones secundarias a nuestras intervenciones.
Los tratamientos basados en radioterapia, absolutamente necesaria y pilar básico en el tratamiento de cáncer de mama, a pesar de las mejoras y de las innovaciones técnicas, no están exentos de efectos adversos que a veces son a largo plazo. Esta toxicidad es más importante cuando afecta a órganos vitales como el corazón y el pulmón. En esta línea, siempre se ha intentado disminuir la tasa de irradiación administrada especialmente en tumores en la mama izquierda, por la cercanía de ambos órganos. Los novedosos tratamientos basados en la irradiación con haces de protones sobre la mama izquierda consiguen excelentes resultados comparables con la radioterapia convencional pero evitando el daño cardiaco y pulmonar, neumonitis e insuficiencia cardiaca, convirtiéndose, de este modo, en el futuro próximo de los tratamientos locales complementarios.
Son innumerables los avances en el diagnóstico, en el tratamiento y en el seguimiento del cáncer de mama. Además, son inimaginables los medios humanos y materiales invertidos e imposible de cuantificar la satisfacción que obtenemos con cada éxito conseguido.
Dr. Alejandro Riquelme Oliveira
Unidad de Oncología Médica
Hospital HC Marbella International Hospital
Desde HC Marbella apoyamos la investigación e innovación para aumentar la calidad de vida de los pacientes y por supuesto la supervivencia.
noviembre 9, 2016
Leer otras noticias
Tfno.: +34 952 908 628
+34 609 148 799
952908898 Oncología
951829947 Ginecología