En HC Marbella consideramos tan relevante la comunicación del médico con el paciente que volvemos a insistir sobre ello en este post, para ayudarte a recorrer ese largo camino que tienes por delante, un camino que no debes hacer “solo”.
Aunque te cueste, debes adoptar un papel activo en la toma de decisiones médicas; intentar “formar equipo” con el/los especialistas. Una de las claves está en desarrollar la empatía.
La empatía es una forma de conocimiento y aproximación al otro, un intento de ponerse en el lugar de la otra persona. En HC Marbella es nuestra máxima.
Nuestros médicos no sólo son médicos, son personas como tú que en algún momento de sus vidas se han enfrentado- y si no, se enfrentarán, a una situación muy difícil como la que tú estás viviendo o similar. Por ello, una de sus prioridades es la empatía hacia el paciente. La empatía ayuda al médico a imaginar y a comprender lo que el paciente está sintiendo, siendo la mejor forma de sentir lo que nos es común a los seres humanos. La actitud empática del médico hacia el paciente hace posible el respeto y la dignidad de la relación médico-paciente.
Es importante que el médico se ponga en el lugar del enfermo, en su piel y vea con sus ojos. Como dice Unamuno, hay que estar con el enfermo sin ser el enfermo. Indudablemente, el paciente también debe desarrollar esa empatía hacia su médico, al fin y al cabo son personas que trabajan como los demás, con su cansancio, sus problemas y sus preocupaciones. De esta forma es como se formara un “buen equipo”.
Por parte del médico:
– Lo primero: saludar, presentarse y preguntar al paciente qué le pasa.
– Mostrarse tranquilo.
– Mostrarse cordial y sonreír con sinceridad.
– Practicar una escucha activa.
– Mostrar sentido de la responsabilidad.
– Estar atentos a las inquietudes de los pacientes y entender su personalidad.
– Hablar lo necesario y explicarse de un modo inteligible, huyendo de los tecnicismos.
– Llamar al paciente por su nombre.
– Valorar con el diálogo lo que quiere y lo que no quiere saber el paciente sobre su enfermedad.
Por parte del paciente:
– Autorresponsabilizarse de su salud.
– Preparar sus consultas presenciales, llevando anotadas sus dudas o preguntas.
– Hacer ver al médico que entiende lo que le explica y si no, con amabilidad, pedirle que se lo aclare mejor.
– Usar del mejor modo posible los servicios sanitarios y el tiempo de su médico.
– Ayudar a sacar las tareas burocráticas fuera de la consulta de su médico.
Y por parte de los dos:
Aplicar la regla de las tres “C”:
Comunicación
Comprensión
Confianza
“Como oncólogos pocas veces nos encontramos con pacientes con poca empatía, pues reconocemos que estamos ante una enfermedad que mueve mucha sensibilidad por parte del paciente y éste suele comportarse de un modo colaborador”, declaran médicos de la Unidad de Oncología de HC Marbella. “Pero también -las menos- hay pacientes que se muestran muy exigentes, por ejemplo solicitando medicalización de situaciones que podrían solucionarse sin medicinas o con poca paciencia en la sala de espera. Si bien en la consulta los médicos disponemos de un tiempo calculado para cada paciente, hay situaciones que requieren más escucha activa, consuelo, explicaciones y por lo tanto demandan tiempo que ofrecemos cuando lo creemos necesario”. Ello puede hacer que los pacientes que van por detrás se retrasen de la hora de su cita.
“En este caso lo mejor es pedir disculpas por la demora y si se quejan, apelar a la solidaridad pues hoy le ha tocado más tiempo al paciente que iba delante, pero otro día le puede tocar a él. También a nosotros nos facilita mucho el trabajo cuando nos encontramos ante un paciente educado, colaborador, paciente, responsable y solidario. Lo llamamos un “buen paciente”, apuntan.
Escuchar a los pacientes, entender sus preocupaciones y las de sus seres queridos; y tener una discusión realista de las expectativas es fundamental para que puedan tomar una decisión informada.
enero 11, 2018
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