* Muchos tratamientos contra el cáncer pueden tener efectos secundarios que afectan la boca, los dientes y las glándulas salivales de un paciente.
* Estos efectos secundarios pueden traer complicaciones a la hora de comer, hablar, masticar o tragar.
* Afortunadamente, con una buena atención, el riesgo de estos efectos secundarios se puede reducir o manejarlos si se producen.
Las complicaciones son problemas médicos añadidos que nos encontramos por el padecimiento de una enfermedad o por los efectos adversos de un tratamiento. Estas complicaciones pueden aparecer en el tiempo:
● Complicaciones tempranas, durante el momento activo de la enfermedad en sí o por efecto inmediato del tratamiento.
● Complicaciones tardías, por los efectos residuales de la enfermedad y de los tratamientos recibidos.
La aparición de estas complicaciones, hacen que la recuperación sea más lenta y dificultosa.
Los pacientes de cáncer tienen un riesgo grande de sufrir complicaciones orales por varias razones:
● La quimioterapia y la radioterapia afectan al ciclo de renovación celular de crecimiento rápido (células cancerosas), frenando la creación de nuevas células neoplásicas, y dado que las células de todo el tracto gastrointestinal tienen esta característica (crecimiento y renovación rápido), se ven afectadas directamente, mermando su capacidad de reparación. Al no producir células nuevas a la velocidad necesaria, se afecta la capacidad de los tejidos de boca y garganta, para mantener un estado de integridad estructural ante las agresiones por bacterias, hongos, virus, traumatismos por roce, etc.
● La radioterapia y la quimioterapia alteran el equilibrio saludable de la flora oral. Existen muchas bacterias en la boca, unas buenas y otras malas, si se altera el medio ambiente donde viven (la boca), por disminución de la producción de saliva o por alteraciones de los tejidos (mucosas), se producirán sobreinfecciones, caries dental, etc. Este desequilibrio también será aprovechado por los hongos (apareciendo candidiasis), o por los virus (reactivación de un herpes simple, aparición de herpangina, etc.).
● La radioterapia además produce unos daños directos en hueso, tejidos blandos de boca (mucosas) y glándulas salivales.
Las complicaciones más frecuentes son:
• Mucositis: es la inflamación y ulceración dolorosa de las mucosas que recubren el tracto digestivo, aunque es más común a nivel de la boca, recibiendo el nombre de Mucositis oral. Es reversible: al final del tratamiento, la mucosa necesitará entre 2-6 semanas para sanar completamente.
• Alteraciones del gusto: las alteraciones del gusto se producen en casi el 70% de los pacientes sometidos a quimioterapia, esta alteración es más frecuente para los sabores salados. Los pacientes que reciben quimioterapia pueden sentir un sabor desagradable secundario a la difusión del fármaco en la cavidad oral. Así mismo, la radiación reduce la agudeza de la sensación de los sabores dulces, agrios, amargos y salados. Es reversible: habitualmente, la normalidad se recupera 2-3 meses después del cese del tratamiento.
• Disminución del flujo salival y/o sensación de boca seca: constituyen las secuelas más frecuentes e invalidantes en los pacientes sometidos a radioterapia de cabeza y cuello. La radiación puede causar un daño irreversible al tejido glandular, afectando lógicamente a la secreción de saliva. Conforme aumenta la dosis acumulada, la saliva se vuelve más escasa, pegajosa y viscosa, lo que provoca dificultades al hablar, masticar y/o deglutir. Además, la sequedad de la mucosa aumenta la susceptibilidad a la caries, a infecciones, principalmente micóticas (por hongos), y también favorece las lesiones en la mucosa ante mínimos traumatismos o roces.
• Osteonecrosis: la osteorradionecrosis (ORN) es una necrosis aséptica del hueso irradiado, se presenta como hueso expuesto que no cicatriza en un periodo de tres meses en paciente sometidos a irradiación de estructuras óseas. La quimioterapia suele producir alteraciones agudas o inmediatas (osteoquimionecrosis) que revierten al terminar el ciclo de tratamiento mientras que la radiación, además de las alteraciones agudas, puede provocar secuelas a medio y largo plazo que en ocasiones son irreversibles. La necesaria irradiación de la mandíbula en muchos tumores de cabeza y cuello, hace que ésta sea la localización más frecuente de osteorradionecrosis.
Los medicamentos como los bifosfonatos y otros fármacos más nuevos a veces se usan para reducir la propagación de las células cancerosas en el hueso.
Un efecto secundario poco frecuente pero grave de estos medicamentos es la osteonecrosis de la mandíbula, que produce el debilitamiento y la pérdida de hueso en la mandíbula. Esto puede ocasionar dolor, hinchazón e infección de la mandíbula, dientes flojos y huesos expuestos.
Estas son las alteraciones orales más frecuentes derivadas de la quimioterapia y radioterapia de cabeza y cuello y en breve os contaremos una serie de recomendaciones y cuidados a tener en cuenta para minimizarlas así como la manera de prevenirlas y no dejar de luchar por sonreírle a la vida.
Fuentes:
Dr. Marco Antonio Herrera Ruiz
Odontólogo General y Prostodoncista.
AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) / Cancer.net / FCOEM (Fundación del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid)
enero 14, 2019
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