Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son infecciones que pueden pasar de una persona a otras a través de las actividades sexuales y del contacto íntimo físico.
No es posible conocer con exactitud su incidencia, ya que existe una importante infradeclaración e infradiagnóstico a nivel mundial. En la actualidad, las infecciones de transmisión sexual experimentan aumentos abruptos y sostenidos. Por ejemplo, la infección por el virus VIH, que actualmente tiene un patrón de transmisión sexual y de zonas urbanas y costeras, presenta tasas por encima del resto de Andalucía en Málaga. En 2018, también Málaga está entre las provincias con mayores tasas de sífilis, infección gonocócica e infección por Chalmydia Trachomatis junto con Sevilla y Granada en nuestra comunidad.
Toda persona que tenga relaciones sexuales corre riesgo de contraerlas. Se estima que la mitad de las personas sexualmente activas contraerá una ITS antes de los 25 años. Sin embargo, algunos grupos se consideran de riesgo:
- En Andalucía la población más afectada por grupo de edad son los varones jóvenes de 25 y 29 años y las mujeres entre 20-24 años.
- Otros grupos de riesgo son los hombres gais y bisexuales sexualmente activos, hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres (HSH).
- Pacientes con infección HIV.
- Personas que hayan padecido previamente otra ITS.
Las ITS se propagan a través del contacto sexual con una persona que tenga la enfermedad. Este contacto sexual incluye relaciones sexuales tanto a nivel genital, anal y oral, así como el contacto genital de piel a piel.
Desafortunadamente, la mayoría de las enfermedades de transmisión sexual no tienen signos ni síntomas, es decir, no dan síntomas. Esto la población no lo sabe. Así toda persona que haya tenido o tenga relaciones sexuales, podría estar infectada.
Por tanto, se debería activar la sospecha de ITS, por parte del personal sanitario, cuando llegan a la consulta jóvenes, sexualmente activos, recomendando su diagnóstico precoz.
Entre los síntomas, pueden manifestarse como verrugas genitales, úlceras y supuración uretral o exudación vaginal.
Es preciso realizar una historia detallada que contempla cuestionario sobre sus hábitos sexuales, un examen físico exhaustivo con analítica de sangre y toma de muestras microbiológicas, que incluyen cultivos y técnicas de biología molecular a nivel genital (pene, vagina , cuello útero), anal u oral, según las prácticas sexuales. Estas pruebas son sencillas y tienen una elevada sensibilidad.
Las ITS sin tratar pueden provocar problemas de salud graves y permanentes, aunque jamás se tengan síntomas. Entre ellos, mayor riesgo de transmitir o contraer una infección por el VIH, incapacidad para quedar embarazada, complicaciones durante el embarazo o mayor riesgo de desarrollo de lesiones premalignas y malignas fundamentalmente en cérvix en mujeres o a nivel anal en caso de relaciones anales en ambos sexos. Un grupo de riesgo muy importante son los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) que deben realizarse estudios periódicos a este nivel para prevenir el cáncer anal, sobre todo si padecen la infección por el VIH.
El primer paso es buscar tratamiento, en muchas de ellas el mismo es rápido y eficaz; y no mantener relaciones sexuales hasta que lo indique su médico. Es además imprescindible, comunicarlo a su pareja o parejas sexuales. En estos casos, el mejor consejo que le podemos dar a nuestros pacientes es que hay que ser franco y directo con las parejas. Además en algunos casos, es posible que hayan contraído la infección en una relación anterior sin ni siquiera saberlo.
Es importante que cada uno sepa cuál es su situación. Solo por esta vía se podrán tomar medidas para protegerse a uno mismo y a sus parejas.
Decidir ser sexualmente activo significa ponerse en riesgo de contraer una ITS. Para proteger la salud es importante limitar el número de parejas sexuales, insistir en que el uso del preservativo no debe ser negociable en caso de relaciones sexuales esporádicas y, además, los hombres gais, bisexuales y hombres que tienen sexo con hombres deben saber que tienen más riesgo de contraer las infecciones por virus hepatitis A y B, y que existen vacunas disponibles frente a estos virus. En los últimos años disponemos ya de la vacuna frente al virus del papiloma humano (VPH) que se recomienda ya a mujeres y hombres, aunque lo ideal sería recibirla antes del inicio de las relaciones sexuales.
Dr. Arrazola, Tomás
Especialista en Farmacia Hospitalaria
Especializado en terapia contra el cáncer, certificado por la Sociedad Americana de Farmacéuticos de Hospital
Dr. Frieyro Elícegui, Marta
Especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología
Dr. Sempere Alcocer, Marco
Especialista en Análisis Clínicos, Microbiología y Parasitología
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