Dr. Casanova Espinosa, María
Especialista en Hematología y Hemoterapia en HC Marbella
Las enfermedades hematológicas presentan síntomas que pueden variar dependiendo del tipo de enfermedad. Esto se debe a la carencia, exceso o alteración de los componentes sanguíneos.
Los síntomas más comunes son palidez y cansancio (enfermedades de los glóbulos rojos), fiebre, picor e hinchazón de los ganglios linfáticos y del bazo (enfermedades de los glóbulos blancos), formación de trombos y coágulos o aparición de manchas cutáneas (enfermedades plaquetarias).
En caso de presentar síntomas, es muy importante que el paciente acuda al especialista hematólogo, para que este haga un estudio completo y pueda realizar un correcto diagnóstico.
La prueba más común para detectar alteraciones de la sangre es la extracción de sangre con un hemograma completo. Esta prueba nos permite realizar un recuento y un análisis de las células que circulan por nuestra sangre.
Mediante la extracción de una pequeña cantidad de sangre podemos cuantificar los distintos tipos de célula que tiene nuestra sangre y se observa en el microscopio para detectar posibles anomalías.
Además, nos permite estudiar la composición del plasma y la concentración de las sustanciasque transporta a través de la bioquímica.
En ocasiones es necesario realizar un estudio de coagulación con el fin de evaluar la capacidad de coagular de nuestra sangre.
Un hemograma puede contribuir al diagnóstico de estos trastornos para facilitar la prescripción de tratamientos adecuados.
La biopsia o aspiración de médula ósea es un procedimiento a través de cual se extrae una pequeña muestra de tejido de la médula para su posterior análisis o estudio.
La médula ósea es un tejido esponjoso que se encuentra en el interior de los huesos tipo plano y en los largos. Contiene células madre y tiene un papel fundamental en la producción de componentes sanguíneos cómo glóbulos rojos, (encargados de transportar el oxígeno), glóbulos blancos (combaten las infecciones) y plaquetas (ayudan a la coagulación de la sangre).
La médula ósea está formada por una parte de tejido líquido y otra parte de tejido sólido. Dependiendo del motivo de estudio se puede realizar una aspiración o una biopsia de médula ósea.
En la aspiración se extrae líquido medular por medio de una aguja fina, atravesando el hueso del esternón o la pelvis hasta llegar a la médula.
En la biopsia, se utiliza una aguja más gruesa para poder extraer una muestra del tejido sólido.
El tejido extraído es analizado para:
Algunas enfermedades hematológicas producen un aumento de tamaño de los ganglios, el hígado y el bazo, por ello, en ocasiones es necesario hacer un estudio detallado de estos órganos.
El TAC (Tomografía Axial Computarizada) permite visualizar estos órganos. El Tac gira alrededor del paciente obteniendo múltiples imágenes en diferentes cortes y planos, estos planos son reconstruido por medio de un ordenador creando una imagen tridimensional que, interpretada por un experto radiólogo, permite distinguir las anomalías en el tejido.
La resonancia magnética es una prueba diagnóstica similar al TAC, que en vez de utilizar rayos X, emplea un fuerte imán para obtener imágenes de una zona concreta del cuerpo.
La resonancia magnética permite crear imágenes de partes del cuerpo que son complicadas de ver en otras pruebas de imagen, cómo el cerebro, la columna vertebral y los huesos. Mediante el estudio de estas imágenes, un experto radiólogo puede determinar si existe sospecha de cáncer.
El PET TAC es una prueba diagnóstica fundamental en el diagnóstico y seguimiento de cánceres oncohematológicos.
A partir de la administración de un radiofármaco inyectado que es captado por el tumor nos permite obtener imágenes de las zonas en las que se observan lesiones y además aporta información metabólica de las mismas.
El PET TAC nos permite:
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