La anestesiología es una especialidad médica relativamente nueva. Los médicos especialistas en anestesiología son los encargados de dar la mayor seguridad a todo el proceso quirúrgico: desde antes de la cirugía, durante la misma y en su recuperación, minimizando los riesgos y proporcionando la máxima calidad asistencial posible.
Aunque no todos los anestesiólogos lo realizan, algunos nos dedicamos además al proceso de control del dolor crónico de forma global.
El tratamiento del dolor ha de ser multidisciplinar, el anestesiólogo terapeuta del dolor le da una visión más global. El manejo de paciente no quirúrgico tiene cada vez más importancia. Por ejemplo, el 80% de las personas desarrollarán una lumbalgia a lo largo de su vida. Los pacientes mayores sufrirán de artrosis periférica y en columna vertebral, que es muy dolorosa. Y los pacientes oncológicos se merecen una buena calidad de vida y de mejoría de su dolor, el dolor neuropático, etc . Todo ello es actualmente abordable y mejorable. Nuestros pacientes se merecen lo mejor de nosotros, para vivir con la máxima normalidad.
La diferencia principal entre ambos es la duración, estableciéndose un margen de 6 meses para definir un dolor como crónico. Evidentemente, no es necesario esperar tanto para comenzar el tratamiento del mismo, los pacientes no deben soportar dolor, el dolor agudo se trata y en el dolor que presumiblemente se cronificará los resultados son ostensiblemente mejores si se instaura el tratamiento precozmente.
Desde que aparecieron las primeras unidades de dolor en los años 50, el arsenal terapeútico se ha desarrollado notablemente. En función del tipo de dolor, existen unas posibilidades de tratamiento u otras. Tenemos medicación que actúa por diferentes vías de acción y se han desarrollado técnicas específicas como infiltraciones, radiofrecuencia, neuroestimulación, infusiones intratecales de medicación… que de forma más específica ataca al dolor.
Diferenciamos tres tipos de dolor: el somático, el neuropático y el mixto, y todos son mejorables con el tratamiento adecuado e implantado en el momento adecuado.
Muchísimo. Los fármacos de los que disponemos, las terapias no farmacológicas como la rehabilitación, la fisioterapia, las novedosas técnicas invasivas, mejoran ostensiblemente la calidad de vida de nuestros pacientes.
En las unidades de dolor, ayudamos a nuestros pacientes de una forma real intentando los mejores resultados para que realicen su vida con la mayor normalidad posible.
Especialista en Anestesiología y Reanimación.
agosto 24, 2017
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